La hernia en perros ocurre cuando tejido atraviesa la pared muscular. Tipos comunes: umbilical, inguinal, diafragmática. El tratamiento temprano, normalmente quirúrgico, asegura curación y evita complicaciones.
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Una hernia canina puede parecer alarmante, pero comprender la afección es el primer paso para un tratamiento eficaz. Las hernias caninas suelen implicar la protrusión de tejido u órganos a través de las paredes musculares y se clasifican en varios tipos, cada uno con sus causas y opciones de tratamiento. En esta guía, cubriremos todo lo que necesita saber para reconocer los síntomas a tiempo y buscar la atención veterinaria adecuada.
Como propietario responsable de un animal de compañía, es esencial ser consciente de los posibles problemas de salud que pueden afectar a su peludo amigo. Una afección frecuente que pueden sufrir los perros es una hernia. Las hernias se producen cuando una parte interna del cuerpo sobresale a través de un punto débil en el músculo o la pared corporal. En esta completa guía, exploraremos las diferentes tipos de hernias que pueden afectar a los perros, sus causas y las opciones de tratamiento disponibles.
Tabla de contenido
Comprender las hernias en perros
Las hernias en perros pueden ser congénitas, lo que significa que están presentes al nacer, o adquiridas debido a un trauma o lesión. Las hernias congénitas son más comunes en ciertas razas y pueden ser causadas por una debilidad en la pared abdominal que no se cierra correctamente durante el desarrollo. Las hernias adquiridas, por otro lado, ocurren cuando un perro experimenta un trauma o tensión que conduce a un desgarro en el músculo o la pared del cuerpo.
Hernias en los perros no siempre provocan síntomas perceptibles, pero pueden provocar una hinchazón visible en el abdomen, la ingle o la zona perineal. Es importante que vigile a su perro para detectar cualquier bulto o protuberancia inusual y que consulte con su veterinario si tiene alguna duda.
Tipos de hernias en perros
Hay varios tipos de hernias que pueden afectar a los perros, cada uno con sus propias características únicas y consideraciones de tratamiento. Exploremos estos diferentes tipos en detalle:

1. Hernias umbilicales
Las hernias umbilicales son el tipo más común de hernia en perros y, a menudo, están presentes desde el nacimiento. Ocurren cuando la grasa o los órganos abdominales sobresalen a través del orificio en la pared abdominal donde se unió el cordón umbilical. En la mayoría de los casos, las hernias umbilicales pequeñas son inofensivas e incluso pueden cerrarse solas a medida que el cachorro crece. Sin embargo, las hernias más grandes pueden representar un riesgo si los órganos quedan atrapados o torcidos.
El tratamiento de las hernias umbilicales generalmente implica un procedimiento quirúrgico para reparar la hernia. Durante la cirugía, se abre la hernia y cualquier órgano o grasa que sobresalga se vuelve a colocar cuidadosamente en su lugar. Luego, el músculo y la piel se cierran para asegurar el área. En algunos casos, se puede usar una malla para reforzar la pared abdominal debilitada. El período de recuperación generalmente es de alrededor de 7 a 10 días, y las hernias más grandes requieren un tiempo de curación más prolongado.
2. Hernias perineales
Las hernias perineales son más frecuentes en varones mayores perros y también puede afectar a los gatos. Se producen cuando los músculos de la zona pélvica se debilitan, permitiendo que los órganos abdominales sobresalgan a través de la región perineal, cerca del ano. Estas hernias pueden causar molestias e incluso complicaciones potencialmente mortales si la vejiga o el intestino quedan atrapados.
La intervención quirúrgica suele ser necesaria para reconstruir el soporte de los músculos pélvicos y evitar el atrapamiento de órganos. La castración a menudo se realiza al mismo tiempo para reducir el riesgo de recurrencia. El cuidado postoperatorio incluye antibióticos, analgésicos y ablandadores de heces para ayudar en la recuperación. El descanso y el ejercicio restringido son cruciales durante el proceso de curación, que suele durar unas 2 semanas.
3. Hernias inguinales
Las hernias inguinales ocurren en el área de la ingle donde la pata trasera se une al cuerpo del perro. Son más comunes en perras mayores y pueden variar en tamaño. Las hernias inguinales tienen el potencial de atrapar órganos como la vejiga, el intestino o la matriz, lo que genera complicaciones potencialmente mortales.
La reparación quirúrgica consiste en hacer una incisión en la parte inferior del abdomen para acceder a la hernia y coser la abertura para cerrarla. Por lo general, ambos lados se reparan para evitar la recurrencia. La recuperación suele tardar unos 10 días, durante los cuales es necesario descansar y hacer ejercicio limitado.
4. Hernias diafragmáticas

Las hernias diafragmáticas suelen ser el resultado de incidentes traumáticos, como accidentes de tráfico. Ocurren cuando hay un desgarro en el músculo que separa las cavidades abdominal y torácica. Este desgarro permite que los órganos abdominales, como el hígado, el estómago y los intestinos, entren en la cavidad torácica, causando dificultades para respirar.
El diagnóstico de las hernias diafragmáticas a menudo implica una combinación de examen clínico, radiografías, ultrasonido y tomografías computarizadas. La intervención quirúrgica es necesaria para reparar el orificio en el diafragma. Sin embargo, el procedimiento conlleva riesgos significativos, ya que la capacidad del perro para respirar debe ser apoyada durante la anestesia. El tiempo de recuperación puede variar dependiendo de la extensión del daño pulmonar y de órganos.
5. Hernias hiatales
Las hernias de hiato son raras en los perros y suelen ser congénitas, especialmente en razas como los Bulldogs. Ocurren cuando la parte superior del estómago sobresale hacia la cavidad torácica a través del diafragma. Los perros con hernia hiatal pueden experimentar vómitos o regurgitaciones frecuentes debido a la posición anormal del estómago.
El tratamiento de las hernias hiatales a menudo implica un control médico, incluido el uso de medicamentos bloqueadores de ácido y medicamentos para vaciar el estómago. En casos severos, puede ser necesaria una cirugía para reducir el tamaño de la abertura diafragmática y reposicionar el estómago.
Hernias en perros después de la esterilización
Las hernias pueden ocurrir ocasionalmente después de una cirugía abdominal, incluida la esterilización. Estas hernias son poco comunes pero pueden ocurrir debido a la naturaleza de la grasa abdominal. La debilidad en la línea de sutura o la actividad excesiva después de la cirugía pueden provocar la protrusión de grasa a través de la capa muscular. En algunos casos, se puede requerir cirugía adicional para reparar la hernia.
Si sospecha que su perro puede haber desarrollado una hernia después de la esterilización o cualquier otra cirugía abdominal, es importante consultar con su veterinario para una evaluación.
Conclusión
Las hernias son una condición común en los perros y pueden ocurrir debido a factores congénitos o traumatismos. Es crucial que los dueños de mascotas conozcan los diferentes tipos de hernias y sus posibles complicaciones. Si nota algún bulto o hinchazón inusual en el cuerpo de su perro, es esencial buscar asesoramiento veterinario para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. La detección e intervención tempranas pueden mejorar significativamente el resultado de los perros con hernias. Recuerde, su veterinario es la mejor fuente de información y orientación cuando se trata de la salud de su mascota.

Preguntas frecuentes
¿Cuáles son los tipos más comunes de hernias en perros?
Los tipos más comunes de hernia canina incluyen la umbilical, la inguinal, la perineal y la diafragmática. Su gravedad varía y requieren diferentes tratamientos, desde la monitorización hasta la cirugía.
¿Qué causa las hernias en los perros?
Las hernias caninas pueden ser causadas por defectos congénitos, traumatismos, embarazo o complicaciones quirúrgicas. En muchos casos, la genética juega un papel clave, especialmente en los casos de bultos abdominales en perros.
¿Cómo puedo saber si mi perro tiene una hernia?
Los signos de una hernia canina incluyen bultos visibles, hinchazón, vómitos o dolor abdominal. Los síntomas de una hernia canina pueden variar, por lo que se recomienda consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico preciso.
¿Es siempre necesaria la cirugía para las hernias en los perros?
No todas las hernias caninas requieren cirugía. Las hernias umbilicales pequeñas pueden cerrarse solas, mientras que otras, como las inguinales o diafragmáticas, suelen requerir cirugía inmediata.
¿Puede una hernia poner en peligro la vida de los perros?
Sí, las hernias caninas sin tratamiento pueden agravarse, especialmente si los órganos quedan atrapados. La intervención temprana y el tratamiento adecuado de las hernias caninas son esenciales para una recuperación completa.
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