Cuando los perros son castigados, suelen sentir confusión, miedo o ansiedad en lugar de culpa. Responden a las emociones del dueño más que a sus actos pasados. Comprender qué piensan los perros al ser castigados fortalece la comunicación y la confianza con ellos.
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¿Te has preguntado qué piensan los perros cuando son castigados? No sienten culpa, sino miedo o confusión. Entenderlo ayuda a fortalecer la relación de confianza.
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¿Pueden los perros sentir culpa o vergüenza?
Una creencia común es que los perros muestran una "mirada culpable" cuando han hecho algo malo, lo que sugiere que sienten culpa o vergüenza. Sin embargo, la investigación científica sugiere lo contrario. Según el doctor Lee, un conocido experto en comportamiento canino, la llamada "mirada culpable" es en realidad una forma de comportamiento de apaciguamiento. Los perros han aprendido que ofrecer este comportamiento puede ayudarles a desactivar la postura amenazadora de su dueño y a detener la regañina. Se trata más de intentar complacer a su dueño que de sentir verdadera culpa.
El papel del lenguaje corporal
Cuando regañamos a nuestros perros, nuestro lenguaje corporal cambia de nuestra habitual conducta feliz a una postura más amenazadora. Los perros son muy perceptivos y pueden captar estas señales. Reconocen que nos estamos comportando de una manera diferente y más intimidante. Es por eso que constantemente ofrecen el llamado comportamiento "culpable": es una respuesta aprendida para que dejemos de regañarlos. La mayoría de las personas no siguen regañando a sus perros una vez que parecen culpables, porque creen que el perro comprende que han hecho algo mal.
Entendiendo la “mirada culpable”
Un estudio realizado por Alexandra Horowitz reveló que los dueños son más propensos a decir que sus perros parecían culpables cuando creían que habían hecho algo mal, incluso si los perros eran inocentes. Esto sugiere que la “mirada de culpabilidad” en los perros tiene más que ver con la percepción humana que con la culpa real. Los perros están muy en sintonía con nuestras emociones y lenguaje corporal, y pueden sentir cuando estamos molestos o enojados. Su respuesta es exhibir comportamientos que creen que nos apaciguarán y restaurarán la armonía.
¿Pueden los perros diferenciar entre el bien y el mal?

Si bien los perros pueden aprender a asociar ciertos comportamientos con consecuencias negativas, no poseen el mismo marco moral complejo que los humanos. Los perros viven en el momento presente y se dejan llevar por el instinto y las recompensas inmediatas. No tienen la capacidad cognitiva para comprender conceptos como el bien y el mal. En cambio, dependen del refuerzo y el condicionamiento para determinar qué conductas son aceptables y cuáles no.
La importancia del refuerzo positivo
A la hora de adiestrar a nuestros perros, el refuerzo positivo es clave. En lugar de centrarse en regañar o castigar, es más eficaz recompensar las conductas deseadas. Los perros están ansiosos por complacer a sus dueños y responden bien a las técnicas de refuerzo positivo. Al utilizar golosinas, elogios y recompensas, podemos reforzar el buen comportamiento y enseñar a nuestros perros lo que esperamos de ellos.
Los límites de la comprensión canina
Es importante recordar que los perros tienen su propia forma única de percibir el mundo. Si bien pueden captar nuestras emociones y nuestro lenguaje corporal, no poseen el mismo nivel de comprensión que los humanos. Es posible que los perros no comprendan completamente por qué los regañamos, pero pueden sentir nuestro disgusto. Es fundamental ser pacientes y coherentes en nuestros métodos de entrenamiento, centrándonos en una comunicación clara y el refuerzo positivo.
Señales de que tu perro sabe que estás molesto
Aunque es posible que los perros no comprendan completamente el concepto de culpa o vergüenza, aún pueden reconocer cuando estamos molestos o enojados. Están muy en sintonía con nuestro estado emocional y pueden captar señales sutiles. Algunas señales de que tu perro sabe que estás molesto incluyen:
- Ojos de cachorro: Los perros han aprendido que sus “ojos de cachorrito” a menudo pueden derretir nuestros corazones y hacernos menos enojados. Utilizan esta expresión para intentar reducir la tensión y recuperar nuestro favor.
- Evitar el contacto visual: Cuando los perros sienten nuestro enojo o disgusto, pueden exhibir un comportamiento sumiso, como evitar el contacto visual, doblar la cola o aplastar las orejas contra la cabeza. Estas acciones son una forma de mostrar deferencia y tratar de calmar la situación.
- Evitando mirar el desorden: Los perros también pueden desviar la mirada del desastre que han causado. Esta es otra forma de comportamiento sumiso, ya que esperan que al no reconocer sus malas acciones, nos enojemos menos.
- Lloriqueando o llorando: En algunos casos, los perros pueden gemir o llorar cuando sienten nuestro enfado. Estas vocalizaciones son una forma de expresar su malestar y buscar tranquilidad.
El papel del comportamiento aprendido

Los estudios han demostrado que los perros pueden aprender rápidamente a asociar ciertos comportamientos y acciones con nuestras respuestas emocionales. Pueden reconocer patrones y predecir cómo reaccionaremos en función de experiencias previas. Por ejemplo, si un perro ha sido regañado en el pasado por morder zapatos, puede mostrar un comportamiento culpable cuando vea los zapatos de su dueño, incluso si no ha hecho nada malo. Esta respuesta aprendida es una forma de evitar el castigo y mantener una relación armoniosa con sus compañeros humanos.
La importancia de una comunicación clara
Para comunicarnos eficazmente con nuestros perros, es fundamental ser claro, coherente y paciente. Los perros dependen de nuestras señales y señales para comprender lo que esperamos de ellos. Usando una combinación de órdenes verbales, gestos con las manos y refuerzo positivo, podemos enseñar a nuestros perros la diferencia entre comportamientos aceptables e inaceptables. Al proporcionar pautas claras y comentarios consistentes, podemos ayudar a nuestros perros a prosperar y fortalecer el vínculo entre humanos y caninos.
Los posibles peligros de avergonzar a los perros
Avergonzar a los perros se ha convertido en una tendencia popular en las redes sociales, donde los dueños avergüenzan públicamente a sus perros por su mal comportamiento. Aunque pueda parecer inofensivo y divertido, esta práctica puede tener sus inconvenientes. La mirada de culpabilidad que muestran los perros en estas fotos suele malinterpretarse como culpa genuina, pero en realidad puede ser un signo de ansiedad o miedo. Avergonzar o regañar a su perro puede agravar su estrés y puede no abordar eficazmente las causas subyacentes de su comportamiento. Es importante abordar el adiestramiento y la disciplina con empatía y comprensión.
Construyendo una relación sólida con su perro
Al fin y al cabo, nuestros perros no quieren nada más que complacernos y formar parte de nuestra manada. Puede que no comprendan las complejidades de la culpa y la vergüenza, pero pueden sentir nuestras emociones y responder a nuestras señales. Al centrarnos en el refuerzo positivo, la comunicación clara y comprender las necesidades e instintos únicos de nuestros perros, podemos construir una relación sólida y armoniosa con nuestros compañeros peludos. Recuerde, ellos dependen de nosotros para guiarlos y brindarles el amor y el apoyo que necesitan para prosperar.
Conclusión
Si bien es posible que los perros no experimenten culpa o vergüenza de la misma manera que los humanos, son animales muy perceptivos que pueden reconocer nuestras emociones y responder a nuestras señales. La llamada “mirada de culpa” es un comportamiento aprendido que los perros utilizan para apaciguar a sus dueños y evitar el castigo. Al centrarnos en el refuerzo positivo, la comunicación clara y la empatía, podemos entrenar eficazmente a nuestros perros y construir un vínculo fuerte basado en la confianza y la comprensión. Así que la próxima vez que quieras regañar a tu perro, recuerda abordar la situación con paciencia, amor y compromiso con el refuerzo positivo.

Preguntas frecuentes
P1: ¿Qué piensan los perros cuando son castigados?
A1: Cuando se les castiga, los perros suelen sentir miedo o confusión en lugar de culpa. Asocian el castigo con el estado de ánimo del dueño, más que con sus acciones pasadas.
P2: ¿Los perros entienden por qué se les castiga?
A2: Los perros generalmente no asocian el castigo con su comportamiento específico a menos que se les corrija de inmediato. El tiempo es crucial para un entrenamiento eficaz.
P3: ¿Cómo se sienten los perros después de ser regañados?
A3: Los perros pueden sentirse ansiosos, estresados o incluso inseguros después de ser regañados. El refuerzo positivo suele ser un mejor método para corregir el comportamiento.
P4: ¿Puede el castigo dañar la confianza de un perro?
A4: Sí, un castigo severo puede dañar el vínculo entre usted y su perro. Es fundamental fomentar la confianza mediante la paciencia y la retroalimentación positiva.
P5: ¿Cuál es una mejor alternativa a castigar a un perro?
A5: En lugar de castigar, redirija el comportamiento de su perro con refuerzo positivo, órdenes claras y entrenamiento constante para lograr resultados duraderos.