Si alguna vez te has preguntado acerca de los colores vibrantes que ve tu perro, no estás solo. Muchos dueños de perros han escuchado el mito de que los perros son daltónicos o sólo pueden ver en blanco y negro. Sin embargo, la verdad es mucho más fascinante. Si bien los perros tienen una visión de los colores más limitada en comparación con los humanos, no son completamente daltónicos. En este artículo, desacreditaremos el mito del daltonismo de los perros y exploraremos el fascinante mundo de cómo los perros perciben el color.
- Comprender la visión del color canino
- Desmentir el mito del daltonismo en los perros
- Cómo los perros perciben los diferentes colores
- Una mirada a la visión canina
- La ventaja de la visión nocturna canina
- El papel del olor en la percepción canina
- El mundo multisensorial de los perros
- Apreciando el mundo canino
- Conclusión
Comprender la visión del color canino

Para entender cómo ven los colores los perros, debemos profundizar en la ciencia de su visión. El ojo humano tiene tres tipos de células detectoras de colores llamadas conos, que nos permiten percibir una amplia gama de colores. Sin embargo, los perros sólo tienen dos tipos de conos, lo que limita su percepción del color a un espectro más estrecho. Mientras que los humanos pueden diferenciar entre rojo, verde y azul, los perros sólo pueden ver tonos de azul y amarillo.
Esta percepción limitada del color se conoce como visión dicromática. Si bien puede parecer una desventaja, los perros la compensan con su capacidad superior para ver con poca luz y detectar movimiento. Tienen una mayor cantidad de células bastón, que se encargan de detectar la luz y el movimiento, lo que les permite sobresalir en actividades como la caza y el rastreo.
Desmentir el mito del daltonismo en los perros
El mito del daltonismo de los perros se ha perpetuado durante décadas. Se creía ampliamente que los perros sólo podían ver en blanco y negro hasta que el oftalmólogo Jay Neitz y sus colegas llevaron a cabo una investigación innovadora en 1989. Su estudio reveló que los perros, de hecho, pueden ver colores, aunque en un rango más limitado.
Contrariamente a la creencia popular, los perros pueden percibir azules y amarillos, pero les cuesta distinguir entre rojos y verdes. Esto es similar al daltonismo rojo-verde en humanos, que afecta a alrededor del 8 por ciento de los hombres y al 0,5 por ciento de las mujeres. Entonces, si bien los perros pueden no apreciar todo el espectro de colores que aprecian los humanos, su mundo no está exento de color.
Cómo los perros perciben los diferentes colores
Si bien los perros pueden ver algunos colores, es importante comprender que su percepción de estos colores puede diferir de la nuestra. Por ejemplo, el color rojo le parece gris pardusco oscuro o negro a un perro, y el amarillo, el naranja y el verde pueden parecer un poco amarillentos. Sin embargo, los perros ven muy bien los tonos de azul. El morado puede parecerles lo mismo que el azul.
Cuando se trata de distinguir entre objetos de diferentes colores, los perros pueden tener dificultades. Por ejemplo, una pelota roja y una pelota amarilla pueden parecerle iguales a un perro durante un juego de búsqueda. Sin embargo, los perros tienen un increíble sentido del olfato, lo que les ayuda a identificar objetos y evitar confusiones.
Una mirada a la visión canina
La percepción del color es sólo un aspecto de la visión canina. Los perros tienen varias otras diferencias visuales en comparación con los humanos. Sus ojos están ubicados más a los lados de la cabeza, lo que les brinda un rango más amplio de visión periférica. Sin embargo, esto tiene como coste la percepción de profundidad, que no es tan aguda en los perros como en los humanos.
Otra diferencia notable es que los perros son más miopes que los humanos. Si bien los objetos pueden parecernos claros y nítidos, pueden parecer borrosos para nuestros amigos peludos. Los perros también son menos sensibles a los cambios de brillo, lo que significa que no perciben los colores en los mismos tonos vibrantes que los humanos.
La ventaja de la visión nocturna canina
Si bien es posible que los perros no vean los colores tan vívidamente como los humanos, tienen una ventaja significativa en lo que respecta a la visión nocturna. Los perros han evolucionado para ver bien tanto de día como de noche. Tienen una mayor cantidad de bastones en la retina, lo que mejora su capacidad de ver con poca luz.
Además, los perros tienen una estructura llamada tapetum lucidum, una capa reflectante detrás de la retina. Esta estructura ayuda a amplificar la luz entrante, lo que permite a los perros ver en condiciones de poca luz. También es responsable de la apariencia de "ojos brillantes" y del efecto brillante que se observa en las fotografías tomadas con flash.
El papel del olor en la percepción canina
Para comprender verdaderamente cómo los perros perciben el mundo, debemos considerar el papel fundamental de su sentido del olfato. Los perros tienen un sentido del olfato increíblemente poderoso, que se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el de los humanos. Poseen hasta mil millones de receptores olfativos, en comparación con los cinco millones que tenemos nosotros.
La fuerte conexión entre el sentido del olfato y la visión de un perro es evidente en el cableado de su cerebro. Un estudio publicado en el Revista de neurociencia reveló una conexión directa entre el bulbo olfativo de los perros y su lóbulo occipital, que procesa la información visual. Esta integración de la vista y el olfato es exclusiva de los perros y no se ha observado en ninguna otra especie animal.
El mundo multisensorial de los perros

Para los perros, su percepción del mundo va más allá del color. Si bien es posible que no vean los colores tan vívidamente como los humanos, dependen de otras señales sensoriales para navegar por su entorno. Los perros prestan mucha atención al movimiento, la forma y la forma en que los objetos reflejan la luz. Estos factores, junto con su agudo sentido del olfato, les ayudan a comprender e interactuar con su entorno.
A la hora de elegir juguetes u objetos para tu perro, no es necesario que te limites únicamente al azul y al amarillo. Los perros todavía pueden disfrutar de una variedad de colores, incluso si los perciben de manera diferente. Es importante tener en cuenta sus otros sentidos, como el olfato y la textura, al seleccionar juguetes y objetos que los atraigan mental y físicamente.
Apreciando el mundo canino
Si bien es posible que los perros no vean el mundo con los mismos colores vibrantes que los humanos, tienen su propia forma única de percibir y experimentar su entorno. Los perros viven en un mundo multisensorial que no podemos comprender del todo. Su excepcional sentido del olfato, combinado con sus habilidades visuales, les permite navegar y prosperar en su entorno.
Así que la próxima vez que elijas un juguete para tu amigo peludo, recuerda que no se trata sólo del color. Considere sus otros sentidos y bríndeles experiencias enriquecedoras que se adapten a su percepción única del mundo. Al comprender y apreciar cómo ven los perros, podemos profundizar nuestro vínculo con nuestros compañeros caninos y garantizar su bienestar.
Conclusión
Los perros no son completamente daltónicos, pero su visión de los colores es más limitada en comparación con los humanos. Mientras que los humanos tenemos tres tipos de células que detectan el color, los perros solo tienen dos, lo que les permite ver tonos de azul y amarillo. Los perros luchan por diferenciar entre rojos y verdes, similar al daltonismo rojo-verde en los humanos.
Sin embargo, los perros compensan su limitada percepción del color con su capacidad superior para ver con poca luz y detectar movimiento. Tienen una mayor cantidad de bastones, lo que mejora su visión nocturna y les ayuda a destacar en actividades como la caza y el rastreo.
Comprender cómo los perros perciben el color y el mundo que los rodea nos permite satisfacer mejor sus necesidades y brindarles experiencias enriquecedoras. Si bien es posible que los perros no vean los colores tan vívidamente como los humanos, dependen de otras señales sensoriales, como el olor y el movimiento, para navegar en su entorno. Al considerar su percepción única, podemos profundizar nuestra conexión con nuestros compañeros peludos y garantizar su bienestar general.